En ocasiones nos vemos obligados a acometer un programa de reducción de costes, que en muchos casos no deja de tener muy poco sentido si nos hubiéramos planteado a priori la necesidad o conveniencia de ese coste, es decir, si nos hubiéramos preguntado que aportación nos iba a brindar esa actividad.
Si nos centramos en los costes relacionados con el trabajo humano, se dice que no hay mejor despido que la no contratación de alguna persona. Que es un proceso mucho más costoso y doloroso haber de prescindir de alguien, que el no haberlo enrolado en la empresa.
Y como ya hemos manifestado en infinidad de ocasiones, no estamos apuntando a las personas, porque en ese extremo, el de la opinión sobre los seres humanos, a buen seguro que todos tendríamos que callar en algún tema, ya que todos nos equivocamos, sino que estoy hablando de las tareas que se llevan a término en las empresas, algunas de ellas absolutamente necesarias y otras totalmente prescindibles.
Una de las grandes acciones de transformación a realizar en las empresas, es la de analizar uno por uno todos los puestos de trabajo previstos en la organización, y saber discernir qué trabajos aportan valor (los trabajos reales) y cuáles no (los trabajos ficticios).
No me refiero a la confección de los habituales job-description, ni a esas listas de tareas que a veces hacemos, con la pretensión de catalogar todas los trabajos que hacemos al cabo de un día para gestionar adecuadamente nuestro tiempo, que son ejercicios interesantes, incluso necesarios, pero no suficientes, sino a aquello que se ejecuta al cabo de ese día con todas las variables correspondientes. Es decir, y a modo de ejemplo, una cosa es saber que una persona tiene como una de sus tareas, la de recibir los pedidos de los clientes, y otra, bien diferente, es saber cuántas veces al día recibe esos pedidos.
Por lo tanto y como conclusión, para ir dejando de lado el trabajo ficticio, el que no nos aporta nada, debemos seguir estos dos consejos que cito a continuación:
1) No crear puestos de trabajo irreales o ficticios, aquellos que no cubren ninguna necesidad básica de la compañía.
2) Realizar periódicamente un VSM-Funciones de todos y cada uno de los puestos de trabajo, para erradicar al máximo posible, el muda que se haya ‘adherido’ a todos ellos.