Hace unas semanas me tocó hacer cola en un supermercado en la Costa Brava.
El detalle curioso no fue la cola que nos hacia esperar, si vas a supermercado low cost también puede significar low service, sino que delante mío tenía una joven con su madre que actuaron muy similar a nuestros clientes.
Como la cola tenía una cierta magnitud, y no habilitaban más cajas, tocaba esperar pacientemente a que tuvieras el placer de colocar los productos que habías recogido de los lineales en la cinta transportadora que facilitaría a la cajera el proceso de valoración de los productos adquiridos. Dentro de nada ya realizaremos el proceso de recuento y pago.
Como había tiempo sobrante hasta que fuera su turno, ambas mujeres realizaron un total de 6 viajes, a toda velocidad, cada una para ir a buscar más productos, es decir, modificaron su pedido, creo que en general lo aumentaron aunque es probable que alguno de los artículos que cogieran inicialmente fuera descartado o sustituido por otro.
En las empresas nos interesa que el cliente nos pase los pedidos con la mayor anticipación posible para poder gestionarlos (producirlos y preparar su expedición).
Al final no sabes si prefieres los pedidos con anterioridad o tan al “corre-corre” como el resto.