Como ya hemos comentado en otras ocasiones, el sector servicios es el más importante en los países desarrollados, en cuanto a su aportación al PIB. Y dentro de este macro sector, hay que destacar el sector dedicado a los servicios turísticos de todo tipo, que en alguno de los países citados, es la mayor industria económica.
En el sector turístico podemos encontrar, a su vez, diferentes subsectores como lo son el de la comercialización de viajes, el de la hostelería, el de las compañías de viajes de pasajeros, el de la restauración, el de los parques temáticos y, en general, cualquier actividad relacionada con la gestión del tiempo de ocio.
Asimismo, en una compañía emblemática de este sector como lo puede ser un hotel, tenemos una gran variedad de servicios, productos y áreas de gestión, lo que lo hacen muy interesante desde el punto de vista de realizar una reflexión sobre la pregunta que encabeza este ‘post’.
Ahora que, en el hemisferio norte de nuestro Mundo, acabamos de entrar en el tiempo de vacaciones por antonomasia, el verano, es momento de poner en práctica una gestión excelente, basada en la mejora continuada de los procesos de servicio y de información que nos atañen.
Por tanto, podríamos hablar, como en el caso industrial, de un gran flujo de información, y por otra parte, de un gran flujo de servicio (de operaciones), en el que transcurren los materiales, las instalaciones, los empleados y, cómo no, los clientes, hecho éste, diferencial.
Cuando oímos hablar de la pérdida de cierta competitividad en los hoteles (o en el sector turístico) de algunos países, siempre se nos viene a la memoria, las diferencias de costes que puedan haber entre países con mayor o menor desarrollo. Al igual que hacen los industriales, cuando piensan y comentan la evidencia de la deslocalización.
No dándose cuenta, en ambos casos, que la eliminación sistemática de los problemas (Mudas) de información, de producción o de servicio en nuestras empresas, nos ofrece una ingente cantidad de posibilidades de mejora, que nos harán más fuertes en la competición del mundo empresarial y económico.
Harán bien las empresas y cadenas hoteleras en buscar la excelencia de sus procesos, a través de establecer un Sistema de Mejora Continua de los mismos.