A.G Lafley, es reconocido como el CEO más exitoso de la historia de Procter&Gamble. Al inicio de todos los procesos de renovación estratégica, solía recordar los siete pecados capitales de la estrategia. Con sus mensajes ponía, a toda una multinacional de más de 100.000 personas, en alerta creativa ante el primero de los tres momentos de la verdad al que periódicamente se enfrenta cualquier organización: la definición, despliegue y ejecución de la estrategia. Después de casi dos décadas acompañando a las empresas de todo el mundo con nuestros servicios de consultoría de estrategia hemos podido comprobar la importancia de no cometer estos pecados en ninguna de ellas.
LOS 7 PECADOS
Así definía A.G Lafley el primer y más peligro de los siete pecados capitales de cualquier estrategia. Esto es algo que hemos experimentado como consultoría de estrategia.
Dado que hoy sigo viendo como estos pecados capitales acaban con los sueños y buenas intenciones de muchas organizaciones, creo que vale la pena recordarlos y empezar a tomar conciencia sobre ellos. Sigo con los seis pecados que completan al descrito más arriba.
La estrategia de hacer todo: no tomar decisiones, y hacer de todo una prioridad. Recordar:
La estrategia de Don Quijote: atacar «ciudades amuralladas» o enfrentarse al competidor más fuerte primero, cara a cara.
Escojamos un lugar donde ganar sea posible a través de nuestra creación de valor superior. No podemos malgastar nuestro talento Agile.
La estrategia de Waterloo: iniciar guerras en múltiples frentes con múltiples competidores al mismo tiempo.
Como consultoría de estrategia hemos de saber donde concentrar nuestros esfuerzos.
La estrategia de migas para todos: intentar capturar todos los segmentos de canal o geográficos o de categoría a la vez.
La estrategia de los sueños que nunca se hace realidad: aspiraciones de alto rendimiento y declaraciones de misión que nunca se llevan a la práctica. Estrategias que rellenan paredes y powerpoints, pero que no definen:
La estrategia del yo también: la solución estratégica para el mercado genérico, en el que todos los competidores están persiguiendo a los mismos clientes, la misma posición geográfica y los mismo segmentos con idénticas aproximaciones. Recordad:
Como conclusión, debemos ser conscientes de que en el mercado de hoy, pecar no es una opción. Pecar es el inicio del final de tu derecho a competir para ganar.