El concepto ‘Industry 4.0’ fue acuñado por el gobierno alemán en el 2011 para denominar un programa que tenía por objetivo preparar a la industria para el siglo XXI. El programa describe todos los cambios que deben afrontar las empresas durante los próximos años con el objetivo de informatizar y automatizar sus procesos productivos. Para describir toda esta tecnología que nos encontraremos en la industria del futuro, el vocabulario se ha ampliado de manera espectacular, incorporando términos de difícil traducción. Sin embargo, podemos resumir todos los cambios tecnológicos en los siguientes puntos:
A principios de este año, el parlamento europeo solicitó un estudio para evaluar el impacto y el alcance del programa ‘Industry 4.0’. El estudio en cuestión pretendía valorar la necesidad de que el parlamento europeo financiara los programas que se llevan a cabo a nivel nacional. Para ello, el equipo de trabajo quería evaluar los programas que están en marcha en varios estados de la UE para esclarecer si la financiación de este tipo de programas es más eficiente con una gestión a nivel estatal o, por lo contrario, debería gestionarse a nivel comunitario.
El estudio considera que el marco en el que se producirán los cambios en este proceso de informatización de las fábricas se puede resumir en los siguientes cuatro grupos:
Resulta sorprendente que, en todo este trabajo (y en otros documentos que tratan esta temática), se evalúa en varios capítulos el impacto que puede tener esta revolución en el trabajo del personal de fábrica y se considera la necesidad de estandarizar los protocolos de comunicación entre las diferentes máquinas que trabajan en un mismo proceso pero, todavía no he visto un solo documento que indique un plan de acción dirigido a conseguir unificar los objetivos de los departamentos de producción, logística y comercial. Resulta sorprendente que el objetivo final de esta automatización consista en conectar todas las máquinas que comparten un mismo proceso cuando todavía no hemos llegado a sincronizar los diferentes departamentos que integran la empresa.
En definitiva, afrontar una automatización cuando los objetivos o estándares del proceso todavía están en vías de desarrollo me parece arriesgado y me lleva a recordar la famosa frase de Bill Gates: ‘la primera regla aplicable a cualquier tecnología es que la automatización de un proceso eficiente contribuirá a aumentar su eficiencia. La segunda, es que esta misma automatización aplicada sobre un proceso ineficiente potenciará su ineficiencia’.