Los hábitos son divisibles, ocurren a nivel individual, de equipo y organizacional. En realidad, los hábitos organizacionales varían según los comportamientos individuales de formaciones Agile.
El cambio de comportamientos es difícil, pero en los momentos complicados, son una necesidad y una oportunidad al mismo tiempo.
En aquellos momentos donde la ambición supera a los recursos que poseemos, nos damos cuenta de que hacer lo que veníamos haciendo hasta ahora es insostenible en estas nuevas condiciones phygital.
Lo que llamamos complacencia es a menudo un reflejo de los hábitos de la organización, de sus equipos y de sus individuos”.
La complacencia es una acumulación de hábitos individuales y de equipo, no generados por la ambición de dar forma a un futuro incierto y cambiante.
Hoy, en un mundo de cambio disruptivo, no hay un hábito a salvo de la revisión, de la adaptación o probablemente, de su disrupción. En este sentido, los líderes deben:
Las acciones comunican prioridades que, estando al servicio de los clientes, el equipo y la organización, polinizan de forma orgánica en todos los aspectos del trabajo, formando nuevas normas culturales. Las acciones hablan.
La forma en que los líderes usan los diferentes mecanismos de sus formaciones Agile (herramientas, marcos de actuación y sistemas) y aprovechan las circunstancias para tomar decisiones es lo que modela, construye y refuerza constantemente los principios básicos de sus organizaciones.
Recordemos que los principios no son directrices que descienden de la dirección. Se forman a través del tiempo, con las distintas acciones y prioridades que se generan del diálogo con todos los elementos dentro y fuera de la organización, más aun en entornos phygital Agile.
Los principios no nacen de la nada, tienen un contexto y una motivación dentro del ecosistema de la formación Agile. Separar los principios de los valores, hábitos y comportamientos significa solo mirar una cara y omitir lo demás. En su lugar, hay que practicar el pensamiento sistémico, viendo el todo en lugar de las partes, y reconocer que los principios son un medio para un fin.
Comenzar con un fin en mente, como aprendimos del importantísimo trabajo de Stephen Covey, es cultivar los comportamientos individuales y organizacionales.
Demostrar esto es mucho más útil que describirlo. Debes identificar cómo se están aplicando los aspectos mencionados y cómo deberían aplicarse de forma ideal en un entorno phygital. Reconoce estos comportamientos de cara a la consecución de los OKR (profundizaremos en esto más adelante) y la satisfacción de las expectativas que tenéis los unos de los otros.
La integridad en tus acciones y tus palabras será importante a medida que modeles, busques y resaltes estos atributos en tu equipo phygital.
Los principios son una guía para ayudar a cada equipo a navegar en la complejidad, descubrir, alinearse con las necesidades del cliente y entregar valor – todo el valor que pueden aportar”.
A través de tus propias acciones y aquellas que reconoces y recompensas en los demás, los principios resonarán y polinizarán rápidamente en tu formación Agile.
Esta es la primera clave para formar una cultura remota digital exitosa: comienza ahora.