Si no pudiste acudir al evento de Isao Yoshino: el rol de los Managers en Toyota, celebrado el pasado 23 de marzo en Barcelona, no te preocupes. Hoy te compartimos todo lo que aprendimos en el evento para que empieces a hacer realidad la agilidad y el Alto Rendimiento en tu empresa.
Sigue leyendo para descubrir las 10 claves del liderazgo de Toyota.
La transparencia es vital para tomar consciencia de la realidad de la empresa. Cuando algo se esconde, estamos privando al resto del equipo de su conocimiento, creando una falsa sensación de control.
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Deja de buscar a un culpable. Señalar con el dedo a tu equipo no soluciona el problema. En su lugar, trabaja con ellos para llegar a la causa sistémica del problema. Encontrar juntos qué, cómo, cuándo y porqué falló el proceso, es esencial para que no vuelva a ocurrir en el futuro.
El objetivo es desarrollar la inteligencia colectiva sobre cómo y cuándo se debe actuar, en lugar de trabajar con la inseguridad de tomar una decisión incorrecta.
Una posición de mando significa asumir responsabilidades y guiar al equipo para alcanzar los objetivos. Sin embargo, muchos líderes confunden responsabilidad con poder, y su función de guiar con la de exigir sin dar ejemplo.
Un buen manager debe ser humilde y entender que para alcanzar los objetivos de la empresa, el trabajo de todos y cada uno de los miembros del equipo cuenta.
No hay flexibilidad ni agilidad, sin un proceso estable, robusto y conocido por el equipo, que se mejora continuamente en la búsqueda incesante del alto rendimiento.
Nadie es capaz de mejorar un proceso que no se ha definido, analizado y estabilizado previamente. El A3 es una excelente herramienta para desarrollar la inteligencia colectiva y el trabajo en equipo.
Tener capacidad de análisis para detectar que algo no está funcionando como debería, es indispensable, pero también es solo el primer paso.
No te quedes con el análisis y comprensión de lo que no está bien, ve un paso más allá y ejecuta ideas que te permitan iterar hasta la solución. Lleva todo problema al ciclo continuo de ejecución, medición, análisis y aprendizaje. Si no lo haces, la organización jamás avanzará hacia la agilidad y el alto rendimiento.
Una organización es tan buena como las personas que la componen. Invierte en desarrollar a tu equipo para ofrecer mejores productos y servicios a tus clientes y retener el talento dentro de tu empresa. Tu plantilla quiere saber que puede crecer dentro de tu organización y alcanzar sus objetivos personales y profesionales.
No puedes exigirle a tu equipo lo que tú nunca haces como líder. Un líder debe enseñar con hechos cómo se lleva a cabo el autodesarrollo y el desarrollo de los demás. La única forma de ganar el respeto de tu equipo es predicar con el ejemplo y ser la muestra viviente de que haces lo que dices.
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No existe nada más dañino para la agilidad y el alto rendimiento que la inconsistencia entre lo que se hace, lo que se piensa y lo que se siente. Cuando construyas un equipo, asegúrate de que tanto tú como el resto de miembros de tu equipo, tenéis el corazón y la mente en perfecta sincronía con los valores de la organización.
Los datos y los hechos son inseparables para conseguir agilidad y alto rendimiento. Utiliza la realidad del Gemba para comprender, junto con tus equipos, el estado actual de la empresa y mejorarla. Apóyate en herramientas ágiles para innovar desde una comprensión común de los problemas, sus causas y acciones.
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Y para ello, la innovación que desarrolla grandes soluciones y productos para tus clientes, debe ser la innovación que hace crecer a las personas de tus equipos, ayudándoles a superarse y encontrar cada día mejores formas de hacer.
Ahora te toca ponerte manos a la obra y empezar a trabajar, desde los fundamentos que definen estos principios, la agilidad y el Alto rendimiento en tu empresa.
Ya verás cómo muy pronto empezarás a ver los resultados.
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